Alemania se encontraba sumergida en dilemas socioeconómicos después de la segunda guerra mundial, incluyendo un déficit significativo de mano de obra. Los líderes políticos vieron a Turquía como una solución temporal, pero, ¿Qué realmente ocurrió?
En la década de 1960, Turquía era un país económicamente pobre y políticamente inestable. Los militares habían tomado el poder político del país mediante golpes de Estado y miles fueron víctimas de las prácticas de desaparición forzada; a la vez se escuchaban rumores de oro y riquezas en Alemania.
En el año de 1959, las empresas alemanas afrontaron una falta significativa de mano de obra, ya que este había perdido una cantidad abismal de hombres durante la guerra. Por esta razón, un año después, el ministro de trabajo promovió la contratación de trabajadores procedentes de Grecia, España, Portugal, Marruecos, Túnez, Yugoslavia y Turquía entre el año 1960 y 1968.
La inmigración turca en Alemania constituyó un proceso único en el desarrollo social de la nación germana en la postguerra. Muchos turcos llegaron a Alemania en virtud del acuerdo para la contratación de trabajadores extranjeros, suscrito por la República Federal con Turquía el 30 de Octubre de 1961. La llegada de estos tan esperados ‘huéspedes’ fue recibida con bombos y platillos. Pero también acompañada de ciertos requerimientos, cómo exhaustivos análisis médicos que verificaban las condiciones físicas de los recién llegados. A la par, un escuálido cursillo de alemán que tenía como primera lección : „Ich bin Fremd“, “soy extranjero”.
Las empresas alemanas les proporcionaron barracones de madera sencillos cerca de sus lugares de trabajo; la mayoría de estos hombres tenían como objetivo enviar una gran parte de sus salarios a sus familias.
Se intentó familiarizar a los trabajadores con el estilo de vida alemán a través de películas educativas; intentos bien intencionados pero torpes. La suma de las condiciones precarias en la que vivían los ‘huéspedes’, los trabajos denigrantes y físicamente difíciles, la soledad y la falta de sus familias dejaron huellas imborrables en sus corazones.
Si bien la gran mayoría no tenía el propósito de radicarse, el gobierno alemán tampoco veía la necesidad de desarrollar una política específica para estos ‘huéspedes’ transitorios. Habían centros sociales que ofrecían asesoría y también algunos programas turcos en la televisión alemana, pero no una política diseñada específicamente para los ‘trabajadores invitados’.
Algunos regresaron a sus países de origen, pero fueron también muchos los que optaron por radicarse en Alemania trayendo así, naturalmente, a sus familias.
Sin embargo esto originó revuelo en la población alemana. Alemania no estaba preparada, emocionalmente o socialmente, para esta oleada multicultural que se abría paso como una avalancha.
Tras las fuertes medidas tomadas por el gobierno de Hitler y su rechazo en contra de los extranjeros, se creó una descalificación ante cualquier persona que no fuese de origen germano. Estos sentimientos se ahondaron aun más dado que la sociedad alemana no entendía la cultura Turca, dando cabida a una serie de prejuicios y estereotipos.
Fueron bastantes las barreras culturales que debieron enfrentar estos emigrantes. El idioma, la comida, el clima, las viviendas y, la barrera más grande, la religión.
Pero la población turca no solo ayudó a levantar la economía alemana, sino que también aportó una serie de características positivas a esta nación.
La Alemania de los años 50 era muy diferente a la que se conoce hoy en día. Estos inmigrantes trajeron su comida, con su diversidad de sabores y especias aportando a la creación de uno de los platos favoritos a nivel nacional, el Döner. Cabe mencionar que este grupo de Turcos también presentó una manera diferente de vivir la vida y de expresar la alegría de vivir y compartir a través de sus fiestas llenas de música, bailes, glamour y joyas.
Años después, en 2014, el censo nacional calificó a los turcos como el grupo más grande de extranjeros en Alemania, alcanzando una población de casi 1,6 millones hasta esa fecha.
¿Qué hubiera sido de Alemania sin ellos?