¿Habías escuchado la palabra “savoring”/”savour” en inglés o “saborear” en español?
Aunque la hemos escuchado antes, casi siempre la relacionamos con el saborear un alimento o un esquisto platillo. Sin embargo, esta tiene dos significados de acuerdo al Cambridge Institute, el cual lo define como, -“disfrutar de una comida o una experiencia lentamente para disfrutarla tanto como sea posible”.
Es decir, al hablar de saborear no solo hablamos de alimentos, sino de experiencias. Otras definiciones dentro de la psicología positiva la encontramos con el profesor de psicología de la Universidad de Chicago, Fred Bryant y Joseph Veroff, profesor de la Universidad de Michigan, quienes lo definen como, -“notar y apreciar los aspectos positivos de la vida”.
Cuántas veces nos levantamos cada mañana sobre nuestra cama, en nuestra habitación con la temperatura perfecta, mientras los rayos del sol entrando por la ventana. Sin embargo, son experiencias que pasan en nuestra vida diariamente, que las damos por hecho, y que no las notamos o las apreciamos, cómo deberíamos; cosas tan simples y a la vez tan valiosas, momentos que pudieran ser vividos con intensidad.
El sentido de “savoring” también citado en el curso “The Science of Well-Being” dictado por la Universidad de Yale menciona que estamos rodeados de un mundo en el que cada vez vamos más a prisa, menos conscientes, medimos el tiempo en cantidad y no en calidad, todos buscando una felicidad que nos venden en las redes sociales y productos externos; cuando la encontramos en nuestro bienestar, vivimos acumulando objetos, en vez de experiencias.
Las exigencias del siglo XXI nos inclinan hacia una vida más estresante y tiempos más demandantes, sin embargo el término “savoring” es parte de la psicología positiva la cual nos invita a ser más conscientes en nuestra vida diaria, nos recuerda que somos seres humanos y somos organismos frágiles; nos incita al disfrute máximo de las experiencias positivas que tiene el ser humano a lo largo de la vida, por más simples que parezcan, para finalmente encontrar prolongar el tiempo vivido positivamente y mantener la calidad y la profundidad de tales experiencias.
Regresando a las investigaciones de Fred Bryant y Joseph Veroff, se encontró que las personas que disfrutan y aprecian los momentos positivos en su presente, tienen una mayor capacidad de aliviar una tristeza o malestar, de mejorar el estado de ánimo de manera positiva a lo largo de la vida, y una mayor facultad de hacerle frente al estrés y disminuye la ansiedad; el profesor Bryant lo describe como -“ejercitar un músculo psicológico capaz de mejorar la actitud, la atención, la motivación y las emociones”.
Los profesores nos comparten algunas recomendaciones para practicar el “savoring”:
- Anticiparse y ser conscientes que vamos a vivir un buen momento y de esta manera nuestro cerebro estará listo para guardarlo como recuerdo.
- Enfocarse en el momento, en los sentimientos y emociones que se tienen y en los detalles por más mínimos que parezcan; de igual manera, el cerebro lo plasmará como una fotografía en movimiento.
- Compartir con otras personas las experiencias.
- Guardar fotografías, souvenirs, o simplemente imágenes mentales.
Ciertamente tenemos que dejar en claro que esto no significa que dejaran de existir vivencias difíciles en la vida cotidiana. Sin embargo, es una técnica que nos ayuda a sobrellevar las experiencias que nos parecen complicadas y no satisfactorias. Con la práctica consecutiva de este método, el cerebro es capaz de llevar a cabo la neuroplasticidad, o la capacidad de las neuronas de adaptarse a los cambios de vida y de actividades finalmente creando hábitos positivos, en este caso creando el hábito del disfrute, el habito de saborear las vivencias diarias.
El ser humano tiene alrededor de 60,000 pensamientos diarios y enfocarse 100% en un momento resulta bastante difícil, pero es posible poniéndolo en práctica, y creando el hábito, un hábito que nos llevara a la mejora de nuestra salud mental y finalmente colaborara al bienestar y crecimiento de nuestra persona.