¿Sabías que las mujeres tenemos una vida fértil de alrededor 40 años y que a lo largo de ella utilizamos aproximadamente 15.000 toallas higiénicas o tampones? Y, ¿sabías que a pesar de que una toalla higiénica es usada entre 4 y 8 horas, tarda más de 500 años en descomponerse? Sí, como lo lees, ¡500 años!. El impacto ambiental que genera cada una de nosotras es muy grande, así que, si deseas ser parte de la solución, aquí te proponemos un par de productos reutilizables.

Autora: Desiree Dianderas-Schäfer
Antes que los productos desechables existieran, o fueran accesibles para la mayoría de personas, se usaban restos de tela y materiales absorbentes doblados en varias capas. A menudo el resultado era voluminoso, y tenía que lavarse y secarse, algo que demostraba públicamente el tabú de la menstruación. Los primeros paños higiénicos y tampones fueron vendidos en farmacias y generalmente era vergonzoso ir a comprarlos.
Lo que generó el cambió de artículos reutilizables a productos desechables fueron las campañas de publicidad. Estas mostraban a mujeres alegres, quienes ya no tenían que ocultar sus funciones corporales; además eran más eficientes, ya que los artículos les permitía trabajar sin mayores interrupciones. Si bien las nuevas versiones plastificadas de artículos menstruales, que existen desde mediados del siglo XX, mejoraron la experiencia de muchas mujeres con respecto a sus períodos, no debemos olvidar que muchas generaciones estuvieron sujetas a productos plásticos que hasta llegaban a generar problemas de salud o alergias.
En la actualidad, la concientización medioambiental está logrando que muchas de nosotras nos replanteemos el uso de los productos menstruales que venimos usando desde hace varios años. Aquí te presento algunas alternativas que, además de ser cada vez más fáciles de encontrar en el mercado, son prácticas, cómodas y mucho más económicas.
Las almohadillas reutilizables son una versión mejorada y cosida de las compresas que se utilizaban antiguamente. Estas toallas poseen varias capas de algodón o telas absorbentes, y a veces alas con un cierre a presión. Se ofrecen en distintas longitudes y grosores; algunos fabricantes permiten personalizar la selección de las telas, la forma y el tamaño. Las almohadillas pueden lavarse a mano o a máquina y luego secarse en un tendedero o una secadora de ropa, todo dependiendo de las instrucciones de fábrica. Algunas mujeres prefieren enjuagar las toallas con agua fría antes de lavarlas con más ropa. Después de ser lavadas, hay quienes recomiendan secarlas directamente bajo el sol, ya que la luz solar actúa de manera desinfectante.
En internet se puede encontrar una gran variedad de ofertas. En algunas droguerías se venden de manera individual por un costo menor a 10 euros. Dependiendo de su cuidado, pueden durar entre 2 y 4 años.
La copa menstrual es un recipiente que al ser introducido en el cuerpo, genera un sello de vacío, lo que permite recolectar el sangrado durante la menstruación sin que se produzcan fugas. Generalmente, están hechas de materiales que no producen alergias o sequedad vaginal. Si bien colocarlas puede ser algo difícil al principio, con la práctica no toma más que un par de segundos. Hay diversas formas y tamaños, por ello para quienes opten por este método, se recomienda conversar con la/el ginecólogo/a de manera que se encuentre el tamaño adecuado; este depende del cuello uterino de cada mujer y si es que tuvo o no un parto vaginal. La copa no genera malos olores, permite hacer ejercicios e ir a la playa sin que se note o genere molestias. También se puede utilizar durante la noche, sin embargo, no más de 12 horas. Antes y después del ciclo menstrual es necesario esterilizarla para evitar infecciones.
Los productos desechables pueden llegar a costar hasta 4 euros mensualmente, en cambio, una copa menstrual, que puede llegar a emplearse hasta 10 años, no supera los 30 euros. Actualmente, se puede encontrar una gran variedad tanto en internet como en algunas droguerías.

La ropa interior menstrual reutilizable está hecha de materiales que permiten absorber el flujo directamente. Mientras en algunas droguerías es posible encontrar estos artículos de manera individual por menos de 20 euros, en internet se ofrece mayor variedad de marcas, diseños, grados de absorción, tamaños y precios. Algunas marcas aseguran absorber una cantidad de flujo equivalente al uso de 3 a 4 tampones clásicos. Sin embargo, es mejor usar estas prendas por primera vez en casa, para comprobar si es necesario el uso adicional de otro método, como por ejemplo la copa menstrual. Se recomienda enjuagar este tipo de ropa con agua fría antes de lavarla con otro tipo de prendas, lavar a 30 grados y no utilizar suavizantes. Siguiendo estas sugerencias, su duración varía entre 2 y 5 años.
Si ninguna de estas opciones te convence, puedes elegir tampones sin aplicadores y hechos de fibras naturales para al menos tratar de reducir el impacto ambiental.
A pesar de que la menstruación es un proceso naturalmente biológico para la mujer, sigue siendo visto como algo vergonzoso y sucio en muchas partes del mundo. Es por eso que las alternativas más ambientales aún no son muy conocidas. La menstruación debería ser una fuente de empoderamiento para toda mujer; sin este ciclo no sería posible traer vidas al mundo.